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Josep Anglada: “El chupasubsidios que no trabaje, que se rasque la barriga en su tierra o en el desierto, no aquí”
Sigue la caravana electoral de la PxC recorriendo todos los puntos de la geografía catalana con un objetivo central: convencer a la población de que ahora es el momento de poner freno a la lacra de la inmigración ilegal.
El presidente de la formación identitaria, Josep Anglada, ha vuelto a insistir en la necesidad de detener la invasión que sufre Cataluña desde algunos de los países más atrasados del planeta. En el emblemático barrio obrero de Ca n’Anglada, escenario de los primeros incidentes provocados por la inmigración en Cataluña, Anglada tomó como referencia este dato para apuntalar sus tesis. ”Este barrio fue de los primeros en Cataluña en alertarnos a todos del peligro de la multiculturalidad y de que la inmigración masiva sólo sería fuente de problemas en el futuro, como así ha sido”.
El líder plataformista aprovechó su encuentro con los vecinos para desgranar parte del plan de empleo que tiene la PxC para poner fin a las cifras actuales de desempleo y pobreza. ”El trabajo que hay en casa, para los de casa,. Vamos a expulsar progresivamente a los inmigrantes parados de larga duración . No queremos vividores chupasubsidios en nuestra casa; el que no trabaje, que se rasque la barriga en su tierra o en su desierto, no aquí”, señaló.
Anunció también, entre otras medidas económicas, la supresión del Senado y de los 3.325 coches oficiales que existen actualmente. “Con esta medida nos ahorraríamos 3.600 millones de euros, lo que nos permitirá tener mejores colegios y mejores hospitales”.
El vicense recordó en ese sentido el suceso ocurrido el pasado domingo en el hospital de Sant Pau, donde una mujer perdió la vida tras permanecer nueve horas de sala de espera”. Anglada atribuyó la responsabilidad de esta muerte ”a los recortes de CiU, al señor Mas y a sus secuaces, que van a mutuas privadas”. ”Ellos son los que han matado a esa señora”. Y remachó: “Basta ya de una sanidad pública saturada por la inmigración y de recortes en servicios que son los más esenciales para nuestra gente de casa”.
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Todos se pasan la pelota por no haber preparado mejor el cara a cara y culpan al candidato por haberse dado a sí mismo como perdedor
No se perdonan no haber preparado al socialista para que no entrase en el papel de “aspirante” al título, sino que lo hiciese como un ganador.
Lo que más se reprochan en el equipo es la falta de preparación y que no consiguiesen “coger” a Rajoy en un renuncio
Los continuos errores del candidato Alfredo durante el debate con Rajoy, han provocado que la guerra abierta entre él, sus “asesores” y su “equipo de campaña” se recrudezca. Según comentan en el partido, las discusiones y la carga de culpas se sucedieron ayer entre los de Ferraz. Todos se reprochan no haber planteado mejor el debate para no permitir que Rubalcaba cayese en los errores de principiante en los que cayó por la presión. Y el equipo en pleno del candidato culpa a Rubalcaba por no haberse dejado aconsejar.
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El secretario general de UGT, Cándido Méndez, dice que el candidato del PSOE hizo propuestas sobre el futuro de la sanidad y la protección por desempleo, mientras que Mariano Rajoy no dejó claro si mantendrá la cobertura de los parados.
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha valorado el debate que anoche mantuvieron Rubalcaba y Rajoy ante las elecciones generales del próximo 20 de noviembre.
Preguntado si está satisfecho o no con el resultado, Méndez ha respondido que el resultado del debate hay que analizarlo en función de la dificultad a la que se enfrentaban cada uno de los intervinientes.
Para Méndez, Rubalcaba estaba ante “una pared de granito de dificultad extrema, con muy poquito material de escalada, ni siquiera con el imprescidible, y subió”.
Sin embargo, “cuando llegó arriba Rajoy ya estaba allí, porque ha subido sobre la plataforma de los cinco millones de parados y de la crisis”.
Por ello, Méndez ha considerado que Rubalcaba cumplió su “objetivo” y que le oyó propuestas “concretas” sobre el futuro de la sanidad, la educación y de la protección del desempleo, y sobre cómo se va a orientar la política de empleo, de la que ha advertido que va a costar “tiempo y trabajo”.
En cuanto a si le ha quedado claro que Rajoy no piensa bajar las prestaciones a los desempleados, Rubalcaba ha afirmado que no lo sabe y “ése es el problema”.
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Rubalcaba se ve ganador. Rajoy se ve ganador. Y cada partido ve ganador a su candidato. Pero a los sondeos publicados por varios medios de comunicación les cuesta ver ganador al candidato socialista.
La encuesta que de Antena 3 sobre el debate da como ganador al candidato del PP con un 43,9%, frente a un 33,1% que cree que el mejor ha sido el candidato socialista. La encuesta telefónica encargada por La Sexta le da una victoria más amplia al popular, con un 48,6% que le da por ganador, frente a 39,9% al que convenció más el socialista.
El País considera que "Rajoy gana por estrecho margen" y en sus sondeos concluye que el 46% da por vencedor al líder popular frente al 41% que apuesta por el socialista. Este diario señala que "Rubalcaba critica la vaguedad del programa del PP y Rajoy ataca la gestión del PSOE".
"El debate mostró a dos candidatos lastrados por circunstancias distintas: Alfredo Pérez Rubalcaba no podía ni quería hablar de la gestión del Gobierno socialista, ensombrecida por los cinco millones de parados. Y Mariano Rajoy no podía ni quería concretar los planes de austeridad del PP para afrontar la crisis", analiza el diario del grupo Prisa.
El Mundo se fija en que el candidato del PSOE hablaba del programa de Mariano Rajoy en futuro y dice que "Rubalcaba da por hecho que Rajoy ganará las elecciones" y califica el debate de "áspero en muchos momentos" y con cruce de reproches entre ambos.
En su sondeo el vencedor ha sido Rajoy con el 51,4% mientras que Rubalcaba obtiene un 44,2%, y opina que el candidato socialista "acusó al popular de 'sembrar incertidumbre'" mientras que Mariano Rajoy "reprochó a Rubalcaba su intento de esparcir 'insidias'".
ABC también subraya que "Rubalcaba trata a Rajoy como presidente" y valora que "el líder del PP desborda a un candidato socialista que se limitó a examinarlo como si fuese el debate de investidura".
La Razón recurre hasta esta misma idea y se traslada ya al 20N. Dice en un gran titular "Rajoy presidente" y explica que "el líder del PP sentencia la campaña con un discurso de estadista y Rubalcaba trató a su rival como inquilino futuro de La Moncloa".
La Vanguardia también sentencia que "Rajoy se afianza ante Rubalcaba" y afirma que "el candidato socialista necesitaba ganar el debate para intentar dar un vuelco a las encuestas pero no consiguió noquear a su rival que supo aguantar las acusaciones del líder del PSOE".
Para este diario "un Rubalcaba agresivo acusó al PP de poner en peligro los servicios públicos y rebajar la tasa de desempleo y Rajoy apeló al cambio y a la esperanza para superar la situación económica".
El Periódico de Cataluña afirma que "Rubalcaba se muestra incisivo y Rajoy aguanta" y explica tras destacar que el paro centró el pulso entre los aspirantes, que "el candidato del PP niega ante un rival incisivo que vaya a bajar las prestaciones por desempleo".
El Correo opina que ha sido "un debate áspero y sin ganador claro" en el que "Rubalcaba ha llevado la iniciativa y ha intentado que Rajoy desvelara su 'programa oculto'. En opinión de este periódico vasco "Rajoy ha salvado el cuerpo a cuerpo y ha acusado a su rival de la situación actual, además de garantizar la educación, la sanidad y las pensiones".
Levante ha considerado que "la crisis marca el único debate entre Rajoy y Rubalcaba" y que el candidato socialista "ha criticado la ambigüedad y la falta de ideas de Mariano Rajoy", mientras que el líder popular "ha reprochado al candidato del PSOE la situación 'insostenible' que vive España con casi cinco millones de parados debido a su gestión.
La Voz de Galicia señala que "Rubalcaba hace un debate de opositor y Rajoy escapa del cuerpo a cuerpo" y matiza que "el candidato popular pide un cambio para regenerar la economía española y el socialista hace un llamamiento contra la abstención y también acusa al popular de ambigüedad en su programa". Este diario considera que Mariano Rajoy "fue muy prudente en todo el cara a cara".
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No quiero, señor presidente, que se quite de en medio sin dedicarle un recuerdo con marca de la casa. En esta España desmemoriada e infeliz estamos acostumbrados a que la gente se vaya de rositas después del estropicio. No es su caso, pues llevan tiempo diciéndole de todo menos guapo. Hasta sus más conspicuos sicarios a sueldo o por la cara, esos golfos oportunistas -gentuza vomitada por la política que ejerce ahora de tertuliana o periodista sin haberse duchado- que babeaban haciéndole succiones entusiastas, dicen si te he visto no me acuerdo mientras acuden, como suelen, en auxilio del vencedor, sea quien sea. Esto de hoy también toca esa tecla, aunque ningún lector habitual lo tomará por lanzada a moro muerto. Si me permite cierta chulería retrospectiva, señor presidente, lo mío es de mucho antes. Ya le llamé imbécil en esta misma página el 23 de diciembre de 2007, en un artículo que terminaba: «Más miedo me da un imbécil que un malvado». Pero tampoco hacía falta ser profeta, oiga. Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil.
Agradezco muchos de sus esfuerzos. Casi todas las intenciones y algunos logros me hicieron creer que algo sacaríamos en limpio. Pienso en la ampliación de los derechos sociales, el freno a la mafia conservadora y trincona en materia de educación escolar, los esfuerzos por dignificar el papel social de la mujer y su defensa frente a la violencia machista, la reivindicación de los derechos de los homosexuales o el reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil. Incluso su campaña para acabar con el terrorismo vasco, señor presidente, merece más elogios de los que dejan oír las protestas de la derecha radical. El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas que, pese a que su competencia los hacía conscientes de lo real y lo justo, secundaron, sumisos, auténticos disparates. Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted. Lo que no le recrimino del todo; pues en las últimas elecciones, con toda España sabiendo lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, usted fue reelegido presidente. Por la mitad, supongo, de cada diez de los que hoy hacen cola en las oficinas del paro.
Agradezco muchos de sus esfuerzos. Casi todas las intenciones y algunos logros me hicieron creer que algo sacaríamos en limpio. Pienso en la ampliación de los derechos sociales, el freno a la mafia conservadora y trincona en materia de educación escolar, los esfuerzos por dignificar el papel social de la mujer y su defensa frente a la violencia machista, la reivindicación de los derechos de los homosexuales o el reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil. Incluso su campaña para acabar con el terrorismo vasco, señor presidente, merece más elogios de los que dejan oír las protestas de la derecha radical. El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas que, pese a que su competencia los hacía conscientes de lo real y lo justo, secundaron, sumisos, auténticos disparates. Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted. Lo que no le recrimino del todo; pues en las últimas elecciones, con toda España sabiendo lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, usted fue reelegido presidente. Por la mitad, supongo, de cada diez de los que hoy hacen cola en las oficinas del paro.
Pero no sólo eso, señor presidente. El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos. Empecinado en sus errores, terco en ignorar la realidad, trituró a los críticos y a los sensatos, destrozando un partido imprescindible para España. Y ahora, cuando se va usted a hacer puñetas, deja un Estado desmantelado, indigente, y tal vez en manos de la derecha conservadora para un par de legislaturas. Con monseñor Rouco y la España negra de mantilla, peineta y agua bendita, que tanto nos había costado meter a empujones en el convento, retirando las bolitas de naftalina, radiante, mientras se frota las manos.
Ojalá la peña se lo recuerde durante el resto de su vida, si tiene los santos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale. Usted, señor presidente, ha convertido la mentira en deber patriótico, comprado a los sindicatos, sobornado con claudicaciones infames al nacionalismo más desvergonzado, envilecido la Justicia, penalizado como delito el uso correcto de la lengua española, envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública. Ha sido un gobernante patético, de asombrosa indigencia cultural, incompetente, traidor y embustero hasta el último minuto; pues hasta en lo de irse o no irse mintió también, como en todo. Ha sido el payaso de Europa y la vergüenza del telediario, haciéndonos sonrojar cada vez que aparecía junto a Sarkozy, Merkel y hasta Berlusconi, que ya es el colmo. Con intérprete de por medio, naturalmente. Ni inglés ha sido capaz de aprender, maldita sea su estampa, en estos siete años.
Ojalá la peña se lo recuerde durante el resto de su vida, si tiene los santos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale. Usted, señor presidente, ha convertido la mentira en deber patriótico, comprado a los sindicatos, sobornado con claudicaciones infames al nacionalismo más desvergonzado, envilecido la Justicia, penalizado como delito el uso correcto de la lengua española, envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública. Ha sido un gobernante patético, de asombrosa indigencia cultural, incompetente, traidor y embustero hasta el último minuto; pues hasta en lo de irse o no irse mintió también, como en todo. Ha sido el payaso de Europa y la vergüenza del telediario, haciéndonos sonrojar cada vez que aparecía junto a Sarkozy, Merkel y hasta Berlusconi, que ya es el colmo. Con intérprete de por medio, naturalmente. Ni inglés ha sido capaz de aprender, maldita sea su estampa, en estos siete años.
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Cuentan estos días en Ferraz que Rubalcaba está desconocido. Ha dado más entrevistas en los últimos dos meses que en toda su carrera política. Poco amigo de ellas, ya que considera que la mayoría de las veces el periodista no está a su altura intelectual, el ahora candidato da entrevistas a diestro y siniestro. Y es este ritmo de entrevistas sin orden ni concierto lo que ha provocado que haya críticas en Ferraz a su política de comunicación.
Este sector crítico con su política de comunicación se refiere en concreto a la entrevista que aparece en el último número de la revista “FHM” y en la que asegura que le gustaría ver a Elena Valenciano en la portada de la publicación. Para los que no lo sepan en la portada de esta revista siempre aparece una chica ligera de ropa. En Ferraz aún se preguntan quien fue el genio que dio el visto bueno a realizar esta entrevista. Consideran que con esta entrevista Rubalcaba transmite una imagen frívola cuando el país tiene 5 millones de parados y pasa por la peor crisis económica de las últimas décadas.
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La tensión se podía cortar ayer con un cuchillo en Ferraz tras conocerse que la juez que investiga el caso Campeón ha elevado al Tribunal Supremo las acusaciones contra José Blanco. En el entorno de Rubalcaba el cabreo es enorme porque saben que el “caso Campeón” es un lastre en la campaña electoral. En su momento y temiendo lo que podía avenirse, Alfredo presionó todo lo que pudo a Blanco para que renunciase a ir en las listas al Congreso, pero éste hizo caso omiso.
Comentan en Ferraz que Blanco ya sabía que el caso Campeón le podía salpicar y por tanto decidió no hacer caso a Rubalcaba e ir en las listas. De esta forma, se asegura el carácter aforado que otorga la condición de diputado. Pese a que Blanco fue uno de los apoyos más importantes de Rubalcaba para ser el candidato del PSOE, la relación entre ambos está cada vez más deteriorada.
El candidato cada vez desconfía de Blanco y cree que el ministro no le ha contado toda la verdad sobre su implicación en este asunto. Dicen desde el entorno de Alfredo que si hubiesen sabido lo que iba a salir estos últimos días, Rubalcaba no habría compartido aquel acto en Galicia donde dirigiéndose a los padres del ministro les dijo aquello de “tenéis un hijo honrado como yo”.
La realidad es que Blanco cada vez se encuentra más solo dentro del Partido Socialista. Ni siquiera Zapatero se fía de él. Y por lo pronto Rubalcaba ha ordenado que no quiere que el portavoz del Gobierno tenga presencia en la campaña. De hecho, presionó en su momento para quitarle la portavocía del Gobierno.
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Los Mossos d’Esquadra han detenido entre los días 5 y 25 de octubre a ocho jóvenes magrebíes como presuntos autores de cinco robos con violencia e intimidación en la demarcación de Gerona, según ha informado este martes la Policía catalana. El primer incidente tuvo lugar el 11 de abril en la calle Sol de Gerona, cuando dos jóvenes le robaron un teléfono móvil a un menor; mientras uno le agarraba del cuello, el otro le sustrajo el móvil del bolsillo.
La investigación policial llegó hasta Caldes de Malavella, donde encontraron el aparato robado, y los agentes identificaron a dos menores como presuntos autores del hurto, deteniéndoles el 5 de octubre en Gerona y quedando citados para declarar ante la Fiscalía de menores. El segundo caso tuvo lugar el 28 de septiembre en unos jardines del barrio viejo de Gerona, donde un individuo se acercó a una mujer que estaba paseando y la amenazó con una navaja de pequeñas dimensiones para quitarle el bolso.
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